La velada memorial de Fidel (Moscú)

Por aquella fria tarde de noviembre, el pequeño local de la Universidad Obrera estaba lleno hasta los topes. La bandera del Estado de Cuba y la del Movimento 26 de Julio. El grave minuto de la despedida, y los videocuadros solemnes y tristes del relevo de la guardia ante la tumba del Comandante.

El programa de la velada era muy llena: la intervención ardiente de Oscar Redondo, secretario de la Embajada de la República de Cuba en la Federación de Rusia; los discursos de los científicos dedicados al mérito de Fidel en el ascenso del movimiento revolucionario a su nivel moral y humanista altísimo (A.V.Jarlámenko), y al desarrollo del proceso revolucionario en la Cuba actual (A. Lepioshkin); el roce de la vida de los trabajadores de la Isla de Libertad y del lugar de Fidel en su vida (las memorias de E.Létova); las canciones revolucionarias (D.Cheórnyi); y los versos de todo corazón (L. Rebrova).

La reunion fue iniciada y organizada por el Nuevo Movimiento Comunista, la Universidad Obrera “I.B. Jlébnikov”, y Krasnoye TV (“TV Roja”). Lo que congregó aquí a los representantes de los varios partidos de izquierda, los del estudiatado de Moscú, los músicos, los navegantes aéreos, así como a gran número de los huéspedes extranjeros de los varios países de América Latina, era el deseo ardiente de rendir el tributo de respeto a Fidel, reafirmando nuestra fidelidad a los ideales personificados por él, y la disposición para movernos por el camino trazado por él. Como escribió uno de los huéspedes en las Hojas de Memoria: “Fidel no falleció, sino se disolvió en la humanidad”.